Crítica del libro Londres
victoriano, de Juan Benet
Hay ciudades que, por muy importantes que hayan sido en
diversos siglos, están tan indisolublemente unidas en el imaginario colectivo a
un momento histórico concreto que parece que no haya nada en ellas que no
remita a ese período. Así ocurre con la Córdoba del califato omeya, con la
Florencia del Renacimiento o con la Sevilla de la Edad Moderna, que era punto
de sutura obligado entre el Nuevo y el Viejo Mundo.
Y así sucede también con el Londres victoriano, del que se
ocupa el escritor Juan Benet (conocido por ser el autor de la novela Volverás a Región) en este libro. Para
muchos de nosotros el Londres victoriano está imbuido de un irresistible halo
de misterio, crimen, aventura, brillantez, riqueza, miseria y hollín industrial
que varios grandes mitos literarios e históricos, que luego fueron
cinematográficos, contribuyeron a crear. De todo eso hay en el libro de Benet,
pero no cabe duda de que en distintas proporciones. Sorprenderá al lector que
se dedique solo poco más de una página a la inquietante y enigmática figura de
Jack el Destripador y que las empresas coloniales narradas se limiten casi
únicamente a los sucesos de la guerra en Sudán y al archiconocido episodio de
Livingstone y Stanley. El interés de Benet parece inclinarse más hacia lo
político (como motivo destacado, la apertura del sistema inglés a una mayor
representatividad mediante las sucesivas Leyes de Reforma) y lo social (los
ocios y negocios en que las diferentes clases gastan su tiempo), desembocando
todo ello en un bosquejo moral de la época, en la que la virtud de la
respetabilidad lleva aparejada la práctica de un tipo de hipocresía merecedora
de recibir hasta nombre propio y exclusivo: el de cant.
Se nota el oficio de novelista de Benet no solo en una
marcada voluntad de estilo perceptible en la mezcla de registros y en el empleo
recurrente de la ironía, sino también en la estructura de la misma obra. El
libro, que a vista de pájaro hace una radiografía crítica del reinado de la mítica
monarca Victoria, avanza desde su llegada casual al trono hasta su
multitudinario y solemne entierro empedrando ese camino con materiales de
diversa naturaleza: semblanzas de los personajes sobresalientes del período,
narraciones de los episodios más destacables, exposiciones sobre algunos usos y
costumbres de entonces, jugosas anécdotas, críticas de arte,… Con todo ello
construye Benet un sólido edificio que, no obstante, enamora, como la abadía de
Westminster, por la riqueza y variedad de sus detalles.
Y eso en poco más de doscientas páginas…Como el mismo autor
reconoce en la introducción, no nos cuenta nada nuevo que no se haya contado
ya, pero lo compensa sobradamente con una prosa y una construcción agilísimas
gracias a las cuales el iniciarse en el conocimiento de la Inglaterra
victoriana se convierte en un provechoso placer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario